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lunes, 9 de julio de 2007

Acerca de las circunstancias que no atenúan el insomnio:

Bañarse. Dar vueltas en la cama contando interminables rebaños. Fumar. Esperar respuesta a mensajes de personas que afortunadamente están durmiendo. Pensar en voz alta: escucharse. Aunque no, mejor le hablo a Ramón (el perro) e intento entablar una conversación. Frustrarse ante la imposibilidad. Escribir.

Renglón aparte merece el hecho de tomar mates: grosero error, natura en cuanto estés intentando seriamente dormirte, te llamará.

Soñar despierta. Escuchar "Billie Jean". Depilarse. Contabilizar los ronquidos de Ramón (el perro) que ya se durmió. Mirar al techo y luego cubrirse la cabeza para no distraerse mirando el techo. Pensar: ¿Por qué no me puedo dormir?. Comer una empanada árabe de las que sólo hace mi mamá que no es árabe, pero fría. Cortarse el pelo. Volver a tratar de dormir. Escribir debajo de la sábana con la luz del celular. Ver correr (en el mismo celular) los minutos.

Solución? Una última oportunidad al sueño.

Amanece que no es poco...


Este relato merecía, pedía a gritos ser transcripto: es histórico y verídico!!!
Madrugada del lunes 09 de Julio de 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

WOW Buenas Noches baby ;))

Belo dijo...

y entonces...que sucedio¿?